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Evitar lesiones cuando practicas danza oriental


Por sus características, la práctica regular de la Danza del vientre aporta muchos y grandes beneficios, pero ocasionalmente puede acarrear alguna que otra lesión, aunque no es tan habitual como en otras disciplinas de mayor impacto. Con algunas consideraciones previas reducirás el riesgo.

Lo más frecuente es que al terminar la clase como en todo deporte, te las veas con las agujetas. No te preocupes, es el menor de los males. Desaparecen en unos días con la práctica moderada de ejercicio,  pero es importante que sepas identificarlas y distinguirlas de problemas mayores. Las comúnmente llamadas agujetas no son más que el dolor muscular posterior al ejercicio intenso. Creas que no, en una hora de bellydance llegas a quemar 200 o 300 calorías y a veces se nota. Teorías clásicas atribuían las agujetas a la cristalización del ácido láctico producido durante el ejercicio físico, las más modernas afirman que se trata de una reacción inflamatoria provocada por la micro-rotura de fibras musculares, ante la pérdida de calcio, potasio e iones, culpables en definitiva de los pinchazos propios de las agujetas. Estirar antes y después siempre ayuda así como tomar frutos secos o un plátano unas horas antes.

Si ya han aparecido, nada como dejar pasar unos días, aplicar frío durante no más de 10 minutos para lograr un efecto vaso-constrictor y relajante y si la cosa es más grave acudir a los anti-inflamatorios siempre bajo supervisión médica

Bien ¿Cuántas veces te has apuntado a un taller o intensivo de esos que te cuestan casi lo que la mensualidad del gym y quieres, necesitas aprovechar cada minuto y no perderte N-A-D-A?¡¡Relax!! Recuerda que no se trata de seguir como loca todos los movimientos sino de entenderlos e integrarlos para poder recordarlos. No olvides respirar. Ve andando a clase si puedes. Estira antes de entrar. Si acudes habitualmente a clase, tendrás una rutina integrada de estiramientos que pueden ayudarte a entrar templada a clase.Concéntrate, fíjate bien en los movimientos, si no entiendes algo pregunta. Acabarás la clase con un buen sabor de boca, entera y satisfecha. Después de estirar un poco antes de cambiarte, podrás apuntar un par de consejos estupendos sobre lo que has aprendido ese día.

Otro aspecto importante es cuidar la postura, cuantas veces has oído lo de !colócate! ¡cadera encajada! !hombros colocados! Si no lo has escuchado nunca, mal asunto, cambia de academia. No encajar bien la cadera cuando procede a o no mantener la posición adecuada puede afectar a tus  lumbares o peor aún al nervio ciático.  Si tu profesor ya no te lo recuerda, recuérdatelo a ti misma, espalda recta, pecho alto, cuerpo estirado y bien colocado, pequeños gestos que permiten cambiar de movimiento sin esfuerzo, entrar a tiempo, controlar los movimientos y los pesos para evitar males mayores como la elongación muscular.Adopta una actitud positiva, favorece el aprendizaje y la escucha activa, si vas con el automático puesto y sigues al instructor sin entender de dónde parte el movimiento mal asunto. Observa, comprende, ejecuta e interioriza. Evitarás, lesiones de tipo traumático como las esguinces y otras propias del movimiento como la inflamación de un tendón.

En ocasiones, es nuestra anatomía la que nos la juega, la hiperextensión o el haber tenido lesiones anteriores pueden contribuir a que se produzca una recaída. ¡Ten cuidado!

La falta de tono muscular es otro de los aspectos que puede jugar en nuestra contra, a veces queremos llegar más allá de dónde estamos preparados y sometemos al músculo a un sobre-esfuerzo, esto puede ocurrir cuando estás en un nivel que no es el apropiado. Esta danza es una lucha día a día, no hay nada imposible, pero si un trabajo de fondo continuo que hace que mejoren tus condiciones  físicas y que cada día puedas un poquito más. Se honesta, a veces algunos profesores te dicen que estas en un nivel y otro te dice que en otro inferior. Asume y aprende. Es una danza de pequeños logros que acaba en un gran logro.

Practicar otras actividades complementarias que mejoren tu postura o tu flexibilidad y musculatura y pueden serte útiles, muchos centros ofertan descuentos si te apuntas a varias actividades. Si andas escaso de dinero, puedes hacer bicicleta o practicar yoga. Personalmente noté una gran mejoría practicando contemporáneo. Otras compañeras se sienten más fuertes con sus clases de danza africana. Todo va en gustos y en ofertas.


Ya hablamos en su momento de la importancia de cuidar los pies  y de llevar un calzado adecuado, la mayor parte de las salas cuenta con un suelo técnico, sin embargo otras dejan mucho que desear, a veces son salas de ensayo curtidas a horas de flamenco y zapateo con astillas, clavos o firme duro tipo cemento. Ese tipo de suelo no beneficia en nada a tu columna vertebral y puede provocarte algún que otro problema. Por lo que te recomiendo en esas ocasiones llevar un calzado que te proteja. Tus pies son el soporte básico de tu cuerpo. Muy a menudo se trabaja de puntillas. No te olvides de estirar tus dedos, tobillos y pies en general. Controla como repartes los pesos y se consciente de dónde hay que cargar el peso en cada movimiento. El pie soports tu estructura ósea, un sobre-esfuerzo o una incorrecta ejecución pueden dañar la fascia, banda de tejido encargada de tensar el músculo y de mantener la curvatura y flexibilidad del pie, amortiguando a su vez el movimiento. La inflamación de esta zona, debido a un abuso, un mal estiramiento, el exceso de peso o cierta predisposición pueden ocasionar la llamada fascitis plantar. Una vez más, controlar el movimiento, los pesos y  una buena ejecución ayudarán a prevenirlas. Utiliza un calzado adecuado si tu pie lo requiere.

Otro aspecto importante son las repeticiones, habitualmente cargan zonas. Ese esfuerzo repetitivo, a veces requiere de un descanso, cambiar de rutina y pasar a otro movimiento ayuda y mucho. Otro día se puede retomar el mismo movimiento o avanzar un poquito más en su práctica.

Ahora toca meterse con los estilos, a cada estilo, una lesión mas probable por decirlo así. Los estilos más folclóricos basados en saltos repetidos cargan rodillas y tobillos. Ojo, si sois aficionadas al sable o si practicáis técnicas de suelo, unas buenas rodilleras (en Decathlon las puedes encontrar a precio asequible) y mucho cuidado si eres fan de la caída turca. Un buen fondo, trabajar unos abdominales firmes y mucho control te ayudarán a extremar las precauciones. ¿Y qué puedo deciros del Khaleegy ese estilo procedente del golfo pérsico en el se dan saltitos y la cabeza acompaña al ritmo en algunos momentos. O del Zaar, la danza trance,  esos bailes divinos en los que una melena larga es fundamental y los giros de cabeza están a la orden del día, pues eso, que cuidado con el cuello y sobre todo aprende bien la técnica. Los bloqueos a nivel cervical y los pinzamientos suelen provocar vértigos. Los giros también pueden ser problemáticos si no tienes en cuenta que la cabeza va detrás del cuerpo y sin perder la referencia de un punto fijo. ¿Qué tal se te da el giro meditativo o sufí? Contar con un buen masajista deportivo o un  nunca está de mas.


En definitiva, todo se resume en tener cuidado, en conocer el movimiento, conocer tu cuerpo para entender de dónde debe partir el movimiento te ayudará a entender a tu profe, a no decir me duele ahí..y a entender mejor tu cuerpo. Hay multitud de libros que puedes encontrar en librerías deportivas y en la sección de deportes de tu librería favorita. Otro día si queréis os hablo de un par de buenas lecturas sobre el tema. Pero sobre todo, si eliges con mimo tu profesor y la academia, que haya estiramientos previos, que sepa enseñar y transmitir, que explique técnica, corrija posturas y pones otro poquito de tu parte todo irá como la seda.


Ya sólo te queda BAILAR y disfrutar!!! y recuerda La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho (T. Shawn).

!Feliz danza!




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